top of page

Usted agarra la hoja de algún trámite del banco, con el propósito de tirarla. La abolla. Luego la estira sin razón y la abolla nuevamente. Repite este proceso una absurda cantidad de veces. La estira finalmente con mucho cariño y aplica fibrón. Comprueba que este maridaje alumbra otro lenguaje. Ah, pero qué bien el señor, ahora se cree un somelier de las pinturitas!

bottom of page